lunes, 21 de septiembre de 2015

Antonio Vega. Tu voz entre otras mil. (2014). Paloma Concejero.

   Antonio Vega es probablemente el mejor músico que ha dado este país. Si hubiera que darle nombre a la música española, sería el suyo. Si fuera una canción, sería “La chica de ayer”. Yo tuve la suerte de verlo en concierto dos veces antes de que muriera. La primera fue un concierto muy triste en un desaparecido (normal, por otra parte) festival en La Nucía, Alicante. Él estaba muy incómodo y se notaba que estaba deseando acabar e irse. Pero un año después, el 9 de febrero de 2008, pude verlo tranquilamente sentado en el Auditorio de Gandía. Un concierto que no olvidaré jamás. Creo que nadie puede transmitir tanta sensibilidad como él en un escenario. Casi no levantaba la cabeza, pero tuvo a todo el público embelesado las casi dos horas que duró la actuación. Fue la primera vez que escuché “Me quedo contigo”, y le dije a la persona que me acompañaba (y que me “descubrió” a Antonio): “pero cómo no me habías enseñado esta canción antes”.





  Más allá de mi experiencia personal, de la película hay que decir que no es en absoluto un documental-homenaje. Es más bien un documental narrativo de su vida. No de su carrera musical, sino de su vida como persona, aunque la segunda incluya a la primera, claro. En él se nos muestra tanto sus luces (que fueron muchas) como sus sombras (que fueron bastantes menos, no por ello pocas). Se trata de un repaso cronológico a través de imágenes, vídeos de conciertos y declaraciones de amigos, familiares y compañeros.

   Después de dos horas de todo eso, sigo sin conocer cómo era Antonio. Y creo que nadie lo conocía en realidad. Desde luego es un artista irrepetible, pero también una persona irrepetible. Su carácter introvertido, su enorme timidez y su faceta excéntrica definían a una persona extremadamente compleja. Esto se intuye en el documental, en forma de testimonios contradictorios y cosas que no quedan claras sobre algunos aspectos de su vida. Lo que sí queda claro es que fue un hombre que lo pasó muy mal en algunos momentos, al que las cosas le afectaban de una manera extraordinaria. Y es lo más admirable de él: que consiguiera dejarnos un legado musical de este calibre en las condiciones en las que tuvo que elaborarlo. O, quizá, precisamente era tan bueno por esa hipersensibilidad que “sufría” y esos problemas que tuvo. Yo no lo sé, pero en cualquier caso consiguió dejar una huella imborrable en la música española teniendo que lidiar con una vida realmente traumática.

   Si algo hay que reprocharle al documental, es que no dedique más tiempo del metraje a analizar su música. De hecho, la mayor parte de él está destinada a que intentemos conocerlo como persona, cosa que, como ya he dicho, no se consigue. No obstante, es muy efectivo a la hora de provocar emociones, te saca sonrisas cuando se cuentan anécdotas o se muestran vídeos de su juventud; y te pone mal cuerpo cuando expone los problemas que tuvo con las drogas o hasta qué punto le afectó la muerte de su mujer Marga.




   Se trata, en definitiva, de un muy buen trabajo biográfico, documentado y objetivo. Como premio, nos llevamos el volver a escuchar fragmentos de una veintena de canciones de Nacha Pop y de él en solitario. Es el mejor regalo que nos puede hacer la película: su música.

   Antonio Vega falleció el 12 de mayo de 2009, a la edad de 51 años.


Nota: 8/10

Lo mejor: escuchar “El sitio de mi recreo” por enésima vez, y que por enésima vez se me ponga la piel de gallina.

Lo peor: sufrió mucho, tuvo problemas, enfermó y murió muy joven. :'(

No hay comentarios: