Es de dominio público que el cine de Hollywood, en general, lleva casi dos décadas en crisis creativa. Hace ya mucho tiempo que el éxito económico se desvinculó por completo del éxito artístico, trayendo como resultado un mar inagotable de remakes, reboots, secuelas, precuelas y adaptaciones de novelas y comics. No quiere decir que películas de ese tipo tengan que ser malas (aunque por lo general así es), pero sí es un claro indicativo de la falta de creatividad de la que adolece la industria cinematográfica estadounidense. En medio de este terreno yermo de inventiva, Alejandro González-Iñárritu rodó "Birdman", que resultó un atinado aunque infructuoso intento de crítica a, ya no la falta de originalidad en el cine norteamericano, sino a la ausencia de voluntad por tratar de generar esa originalidad.
"Birdman o (la inesperada virtud de la ignorancia)" es, por un lado, un homenaje a la figura de ese director omnipresente que produce, dirige, escribe e interpreta una obra que es casi como un hijo. Durante todo el film Riggan Thomson, interpretado por Michael Keaton, tiene que lidiar con cada detalle de la obra de teatro que quiere llevar a escena. Atrezzo, elenco, guion, interpretaciones, financiación, críticas o la excentricidad de sus actores van a suponer un verdadero quebradero de cabeza para él, que va a tener que multiplicarse para poder siquiera estrenar la obra.
Por otro lado, como ya hemos dicho, es una crítica al rumbo que ha tomado Hollywood en las últimas décadas. Dicha crítica se hace a través de un análisis de las motivaciones artísticas de Riggan. Éste, en su juventud, interpretó a un superhéroe llamado "Birdman", con el que al parecer consiguió fama y dinero. Este personaje representa la frivolidad de la mayor parte de los estrenos que llegan de EEUU, películas en su mayoría vacías de contenido artístico pero que cosechan un gran éxito comercial y económico. Riggan vive con la tentación de rodar una secuela de Birdman, lo que le aseguraría éxito y riqueza. Y es esta tesitura la que sostiene la película: el protagonista quiere alcanzar una relevancia artística (que no tiene asegurada) a través de una obra de teatro compleja y profunda, pero es consciente de que volver a ser un superhéroe en el cine le daría una trascendencia mundial con mucho menos esfuerzo del que supone el proyecto en el que está embarcado.
Pero el director mexicano no se limita a mostrarnos el pasado exitoso del protagonista, sino que nos lo trae física, presencialmente. En determinados momentos, cuando a Riggan le asaltan más dudas sobre el resultado que va a tener su obra, o cuando está más cerca de decidir volver a ponerse el traje, hace gala de poderes telequinéticos e incluso cuenta con la capacidad de volar. No hay que tomarse estos fenómenos de manera literal, ya que son una alegoría de la capacidad de Riggan de adquirir gloria y notoriedad a través de Birdman. En estos momentos del film asistimos a una mini-etopeya del personaje principal, atrapado en una encrucijada que le va a obligar a elegir entre éxito comercial pero vulgaridad artística u ostracismo comercial pero (potencial) relevancia artística.
La película está rodada de forma muy meritoria, ya que da la sensación de ser un único plano-secuencia, al estilo "La Soga" de Hitchcock. Sin embargo, la realidad es que son escenas que se prolongan entre 10-15 minutos sin corte, acabadas en una pantalla en negro que empalma con la siguiente escena. Michael Keaton está sobresaliente, dibujando a la perfección el pozo de desesperación en el que está metido Riggan. Emma Stone y Edward Norton ofrecen actuaciones geniales (él está divertido y desesperante; ella brilla intensamente en la última escena), y Naomi Watts solventa bien su personaje aunque su actuación resulta más discreta comparada con las otras tres.
No voy a comentar el final, porque es tan metafórico y abierto que tiene múltiples interpretaciones. Yo, al menos, entiendo tres posibles significados para ese desenlace. Que cada cual entienda lo que quiera en los ojos de Emma Stone, supongo que sólo Iñárritu sabe lo que quiso decir.
Lo que sí es para comentar es si la película consiguió el efecto que buscaba. Pues bien, Michael Keaton, que no en vano fue pionero en esto de los superhéroes interpretando al Batman de Burton, ha firmado como villano en la nueva película de Spider-man. Va a encarnar a El Buitre (una especie de hombre pájaro) en un segundo reboot de una adaptación de comic. Y las salas se llenarán, obviamente. No hay nada más que decir.
Nota: 8/10
Lo mejor: era una película necesaria, aunque se ha quedado bien lejos de haber influido en alguien.
Lo peor: excesivamente histriónica en algunos momentos; determinadas metáforas no son fáciles de entender.
Otras películas interesantes del director: Amores perros, El renacido.
La película está rodada de forma muy meritoria, ya que da la sensación de ser un único plano-secuencia, al estilo "La Soga" de Hitchcock. Sin embargo, la realidad es que son escenas que se prolongan entre 10-15 minutos sin corte, acabadas en una pantalla en negro que empalma con la siguiente escena. Michael Keaton está sobresaliente, dibujando a la perfección el pozo de desesperación en el que está metido Riggan. Emma Stone y Edward Norton ofrecen actuaciones geniales (él está divertido y desesperante; ella brilla intensamente en la última escena), y Naomi Watts solventa bien su personaje aunque su actuación resulta más discreta comparada con las otras tres.
No voy a comentar el final, porque es tan metafórico y abierto que tiene múltiples interpretaciones. Yo, al menos, entiendo tres posibles significados para ese desenlace. Que cada cual entienda lo que quiera en los ojos de Emma Stone, supongo que sólo Iñárritu sabe lo que quiso decir.
Lo que sí es para comentar es si la película consiguió el efecto que buscaba. Pues bien, Michael Keaton, que no en vano fue pionero en esto de los superhéroes interpretando al Batman de Burton, ha firmado como villano en la nueva película de Spider-man. Va a encarnar a El Buitre (una especie de hombre pájaro) en un segundo reboot de una adaptación de comic. Y las salas se llenarán, obviamente. No hay nada más que decir.
Nota: 8/10
Lo mejor: era una película necesaria, aunque se ha quedado bien lejos de haber influido en alguien.
Lo peor: excesivamente histriónica en algunos momentos; determinadas metáforas no son fáciles de entender.
Otras películas interesantes del director: Amores perros, El renacido.